9 ago 2010

Noches Lobunas- 2da Noche

Era el peor momento del mes para Gabriel.

La luna nueva significaba que saldría a la luz la peor parte de su ser.

Corrió lo más rápido que pudo antes de que finalice él ocaso y desaparezca cada rayo de luz solar en el cielo. No debía estar cerca de la civilización para entonces, o crearía la peor de las masacres.

No le gustaba matar, mas lo hacia por necesidad. Por que si, una vez al mes no se alimentaba de carne humana el y sus crías morirían.

Pero una cosa era cazar por hambre y otra por el simple gusto de matar

¿Quién querría matar solo por poder sentir el olor de la sangre? ¿Por querer saborear la muerte en su boca, su lengua y sus colmillos? Solo una bestia querría algo así.

Desapareció rastro alguno del sol en el cielo, lo que hizo que Gabriel cayera entre los árboles del bosque del pueblo, retorciéndose de dolor.

Su cuerpo comenzó a deformarse de manera atroz. Sus músculos se contrajeron, sus piernas se alargaron, sus dientes y uñas crecieron y se tornaron blancos como la luna. Apareció de la nada en su cuerpo un pelaje negro como el cielo nocturno. Su nariz y su boca se transformaron en un hocico lleno de afilados colmillos.

La metamorfosis terminó y la nueva bestia abrió sus ojos y giró su rostro para ver con su aguda vista al pueblo que se encontraba a varios kilómetros de el, pero no lo suficientemente lejos. Lo miro fijamente unos minutos y, de la nada, comenzó a correr a toda velocidad hacia el con una intensa necesidad de matar... por diversión

Nadie en el pueblo esperaba lo que sucedió, nadie en el pueblo esperaba ver ríos de sangre o montañas de muertos, pero sucedió.

Un pueblo entero destruido por una sola bestia, que se arrepentirá hasta que muera de lo que había hecho, cuando lo descubra... la próxima noche.

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